Se está viviendo una de las etapas más complicadas y peligrosas para el inmigrante en situación migratoria irregular en los Estados Unidos, conocida como “La Nueva Era Trump”, la cual regresará el pasado 20 de enero de 2025 por cuatro años más y, es probable, los republicanos logren quedarse mucho más tiempo en el poder.
Lo cierto es que tanto residentes mexicanos y latinoamericanos en situación migratoria irregular o residentes permanentes e incluso ciudadanos naturalizados de origen mexicano y latino, serán cada vez más hostigados y perseguidos. Por ende, gobierno y ciudadanos debemos estar preparados con diversas precauciones y estrategias frente a la inminente política de deportación masiva.
Recordemos que durante la pandemia de COVID 19 fue muy alta la vulnerabilidad sanitaria de las comunidades mexicanas y latinas indocumentadas por estar sin cobertura médica una parte importante de las familias y el temor de acercarse a servicios básicos de salud disponibles, por el peligro de deportación y revisión migratoria.
La red consular mexicana en 53 ciudades de Estados Unidos deberá redoblar esfuerzos de comunicación en todas las formas posibles para hacer llegar orientaciones sobre medidas preventivas y de defensa legal para evitar deportaciones. Las organizaciones comunitarias mexicanas y latinas deberán orientar sus acciones a las familias y personas más vulnerables y buscar generar recursos y opciones para quienes corren peligro de deportación.
Los residentes permanentes y ciudadanos estadounidenses corren menos peligro de deportación, pero deben estar muy alertas a llevar siempre consigo su documentación legal, y no exponer a sus familiares irregulares. Se deben contemplar paquetes de ayuda y apoyo para personas indocumentadas que pierdan sus empleos. Se debe buscar orientación legal en las organizaciones promigrantes, consulares y religiosas de cada localidad. Miles de mexicanos en USA pueden perder sus trabajos en restaurantes, construcción y otros servicios, y las muy posibles deportaciones que no sólo afectará a las familias que viven en Estados Unidos, sino a sus comunidades de origen. Muchas comunidades dependen casi totalmente de remesas y ahora, con los cientos de miles de posibles deportados y sin trabajo, ya no podrán enviarlas.
- Un golpe para los bolsillos de mexicanos aquí y más allá de la frontera, pero también para la propia economía nacional.
* Bernardo Méndez Lugo es diplomático mexicano en retiro. Estuvo adscrito a 4 consulados en Estados Unidos y en la Embajada de México en El Salvador. Fue profesor universitario en Nicaragua, en CDMX y en Morelia. Actualmente es Director ejecutivo de la Fundación AmericasinMuros.org