El 10 de marzo del año 2006 los inmigrantes salieron a las calles de Chicago como nunca, con uno de los lemas: “SOMOS TRABAJADORES, NO SOMOS CRIMINALES”, en respuesta a la denominada propuesta ‘Sensenbrenner’ que criminalizaba al trabajador indocumentado y a todo aquel que le ofreciera un servicio. El movimiento 10 de marzo que fue caracterizado como “la primavera del inmigrante”, hacía referencia a la primavera árabe del 2010 al 2012.
La “primavera del inmigrante” tuvo dos momentos estelares: la manifestación del 10 de marzo en Chicago y la subsecuente histórica marcha del 1 de mayo, en la que la fuerza se pronunció masivamente paralizando la economía de la ‘ciudad de los vientos’.
EL INOLVIDABLE 10 DE MARZO…
El 10 de marzo se multiplicó en todo el país, día en que las personas abandonaron escuelas y trabajos para manifestarse contra el racismo y la discriminación. Estados Unidos siempre ha visto al trabajador inmigrante sin documentos como a un ‘esclavo moderno’, con el mote de ilegales para ser explotados y sus impuestos robados en las arcas del Seguro Social, sin darles el derecho a jubilarse por carecer de autorización de empleo, y de ahí el mote de “ilegales”.
Donald Trump enloqueció al convertir como enemigos a los trabajadores mexicanos y latinoamericanos, acusándolos de la decadencia del país que parece ser inevitable.
“Nadie es ilegal en tierra robada”. Ni Trump, ni ninguno de los políticos que han llamado ilegales a los trabajadores en estado irregular. No tienen derecho a llamarlos de esa manera despectiva y mucho menos separar a sus familias, deportarlos y meterlos en centros de detención que, bajo Trump, sería Guantánamo, un verdadero campo de concentración, similar a los que establecieron los nazis para exterminar a los judíos.
LOS JÓVENES SE ESTÁN LEVANTANDO…
Pero estos políticos y grupos racistas han perseguido a los afroamericanos, a los nativos americanos, y a los mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos y venezolanos (entre otros) en este país, y propiciado dictaduras en Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay. La discusión es que las tierras del imperio fueron robadas a México en 1846-47, en una guerra que tenía el propósito de robar las tierras a los dueños originales, muchos de ellos quedarían de este lado de la frontera impuesta, de la misma forma que hicieron un genocidio contra los nativos americanos, originarios de estas tierras y forzaron a los negros de África para venir aquí a ser esclavos. Aunque se ha avanzado en materia de derechos civiles, los derechos humanos siguen pisoteándose cada día. Por ahora no sabemos si tendremos una nueva versión de la “primavera del migrante”. Lo que sí sabemos es que actualmente la comunidad está más educada sobre sus derechos, y lo más importante y motivante: ‘que los jóvenes se están levantando para defender a sus padres, a sus familias y a su comunidad’.
- Con una buena educación política de los jóvenes, sus padres irán a las urnas para detener esta bola de fuego que nos quema.